viernes, 11 de mayo de 2012

PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL


(1760 - 1830)
La primera fase de la revolución industrial surge en Inglaterra en el período comprendido entre 1760 y 1830, con influencia en todo el continente europeo y con repercusiones mundiales.
Fue la primera de las grandes transformaciones de la Edad Contemporánea, y una de las más importantes de la historia. Su impacto generó cambios fundamentales en la economía y en los modos de vida de la humanidad.
Inglaterra en aquel entonces, era un país que estaba bien preparado para generar un impulso industrial sin precedentes, ya que poseía una agricultura prospera, un sector manufacturado desarrollado, un importante comercio de ultramar, que le proporcionaba consumidores, materias primas y capitales y un gobierno que apoyó la innovación técnica y el desarrollo de las industrias.
La revolución industrial termina con el sistema económico de la Edad Moderna, dinámico en sus orígenes, pero que había adquirido mayor rigidez en los últimos siglos. La economía preindustrial contaba con el predominio de una agricultura deficiente, era la principal actividad económica, pero su rendimiento era muy pobre, las técnicas eran deficientes, elementos precarios, escasos abonos para alimentar a la tierra, sistema de campo abierto, que perjudicaba la producción; con una tecnología precaria, las formas de producción eran el pequeño taller artesanal, el sistema doméstico o rural a domicilio y la gran manufactura urbana. Los medios de transporte eran poco efectivos; y un estancamiento demográfico donde la población crecía a un ritmo muy lento. Las tasas de mortalidad eran elevadas por la incidencia de las pestes, la hambruna y la inexistencia de buenas condiciones médicas y sanitarias. Los alimentos eran insuficientes y el sistema de transporte para su rápida distribución era deficitario.
En su base de economía fundamentalmente artesanal, el comerciante entregaba la lana a una familia y ésta la hilaba, la tejía y devolvía a su patrón el producto terminado a cambio de una suma de dinero. El trabajo manual fue remplazado por otro dominado por la industria y manufactura de maquinaria.
Los principales rasgos de la Revolución Industrial habría que clasificarlos en tecnológicos, socioeconómicos y culturales. Los cambios tecnológicos incluyen los siguientes: el uso de nuevos materiales como son el hierro y el acero; de nuevas fuentes de energía como el carbón y nuevas fuerzas motrices como la máquina de vapor. Se inventarán nuevas máquinas para hilar (Spinning Jenny) o para tejer (el telar mecánico) que  permiten un enorme incremento de la producción con un mínimo gasto de energía humana. Surgirá una nueva forma de organización del trabajo que ordena la división del trabajo y produce una mayor especialización de la mano de obra. También deben destacarse las importantes mejoras de los transportes (trenes y barcos de vapor) y la creciente interacción entre la ciencia y la industria. Estos cambios tecnológicos supondrán un acelerado incremento del uso de recursos naturales y de la producción en masa de bienes manufacturados. Fuera del campo industrial se producirán también importantes cambios: mejoras en la agricultura que hará posible el suministro de alimentos para una creciente población urbana, declive de la tierra como principal fuente de riqueza con el creciente papel que irán tomando la industria y el comercio internacional. Entre los cambios sociales y culturales son destacables el crecimiento de la población urbana, el desarrollo de la llamada clase obrera y sus movimientos de protesta (el movimiento obrero) y el espectacular crecimiento de los conocimientos científicos y técnicos.




CAUSAS:

No fue casualidad que la revolución industrial comenzara en Gran Bretaña. Varios factores contribuyeron a hacer de la isla un país pionero con respeto a los otros países europeos, como Holanda o Francia.
Los principales factores fueron un acelerado crecimiento de la población, lo que significaba más gente para trabajar en la industria, así como un aumento de la demanda de productos manufacturados. Las razones de este crecimiento se debieron fundamentalmente al descenso de la tasa de mortalidad, gracias a los avances en la medicina y en la higiene y en las mejoras de alimentación. El comienzo de transformaciones agrícolas en Inglaterra, cuyos avances y eficacia hicieron que se necesitara menos gente para las tareas agrícolas. Esa mano de obra desocupada quedo disponible para el trabajo industrial, por otra parte, al aumentar la capacidad de producción agrícola fue posible abastecer de alimentos a la creciente población.
Una serie de avances tecnológicos: La revolución industrial consistió en una fuerte aceleración del proceso de innovación que se había iniciado en Europa desde la edad media. En Gran Bretaña en el siglo XVIII la actividad inventiva se desarrolló mucho más que en cualquiera de los países del continente europeo. En ella se patentaron la mayor parte de las máquinas que revolucionaron la industria y más tarde los transportes, y la historia de la revolución industrial es en parte la de los hombres responsables de esos inventos.
Las segadoras mecánicas de Obed Hussey y Cyrus MC Cormick fueron el complemento para los granjeros puramente comerciales y los especuladores de la tierra que extendieron las fórmulas.
Hubo dos sectores que experimentaron los primeros cambios revolucionarios en la tecnología y la organización económica: la industria del algodón y la del hierro. La primera pasó de tener un papel insignificante a ser la principal actividad manufacturera, fue el primer sector que utilizó máquinas en gran escala.
Para que se produjera la revolución industrial eran necesarias máquinas que no solo sustituyeran el trabajo manual, sino que impusieran la concentración de la producción en las fábricas. Por otro lado era necesaria una gran industria que produjese una mercancía sujeta a una demanda amplia y elástica, en la cual la mecanización de cualquiera de sus procesos de manufactura creara tensiones entre los otros y en la que el efecto de las mejoras repercutiese en toda la economía.
Ello se dio en la industria del algodón, se presentaba mejor a la mecanización por su resistencia, tenía un mercado de consumo más amplio y, la elasticidad de la oferta de materia prima era mayor.
El invento que transformó más radicalmente a la industria algodonera fue la hiladora hidráulica, patentada por Arkrwight.
En los primeros tiempos de la revolución industrial, el sector metalúrgico tuvo un crecimiento mucho menor que el del algodón, pero su peso fue decisivo porque la creciente oferta de metal barato facilitó la mecanización de las otras industrias, la difusión de la máquina a vapor y la transformación de los medios de transporte. El surgimiento de las fábricas fue un cambio general, paulatino y gradual; el mercado nacional aumentó, debido al crecimiento de la población. Fue muy importante el traslado de los habitantes del campo a la ciudad, quienes comenzaron a adquirir utensilios metálicos, vestimenta y productos alimenticios.
El mercado externo se consolidó por el aumento del comercio de ultramar, Inglaterra vendió sus manufacturas a América, África y el lejano Oriente.
Se considera que el papel del comercio de ultramar fue fundamental como impulsor de la revolución industrial. Además se requirió capital, con el cual Inglaterra contaba en abundancia, este provenía de las ganancias del mercado de ultramar y también del campo. Comerciantes y propietarios invirtieron sus ganancias en la industria, compraron maquinaria y abrieron fábricas.

CONSECUENCIAS:

En Gran Bretaña como el mundo sabían que la Revolución Industrial, iniciada en aquellas islas por y a través de los comerciantes y empresarios cuya única ley era comprar en el mercado más barato y vender sin restricción en el más caro, estaba trasformando al mundo. Nadie podía detenerla en este camino. Los dioses y los reyes del pasado estaban inermes ante los hombres de negocios y las máquinas de vapor del presente.
La población del mundo era también mayor que nunca; en varios casos mucho mayor que toda esperanza y probabilidad previas. Las ciudades de gran tamaño se multiplicaban en todas partes como nunca. La producción industrial alcanzaba cifras astronómicas.
La ciencia nunca había parecido más triunfal; los conocimientos nunca habían sido más vastos. Los inventos alcanzaban cada año cimas más sorprendentes.
Pero era bastante amarga la acusación de que la prosperidad material de los trabajadores pobres no era con frecuencia mayor que el oscuro pasado y muchas veces peor que en las épocas de que se conservaba memoria. Los paladines del progreso intentaban rebatir esto con el argumento de que los obstáculos que el viejo feudalismo, la monarquía y la aristocracia seguían poniendo en el camino de la perfecta iniciativa libre. Unos y otros coincidían en que la situación era cada vez más penosa. Unos sostenían que se superaría dentro de la estructura del capitalismo y otros discrepaban de esta creencia, pero ambos pensaban con razón que la vida humana se enfrentaba con unas perspectivas de mejoría material que conseguiría el control de las fuerzas de la naturaleza por el hombre.
La gran mayoría de los habitantes del mundo seguían siendo campesinos como antes, aun cuando hubiera algunas zonas en donde ya la agricultura era la ocupación de una pequeña minoría y la población urbana estaba a punto de superar a la rural. La renta de los nobles dependía cada vez más de la industria.
Los progresos técnicos que introdujo la Revolución Industrial, en el siglo XIX transformaron todos los aspectos relacionados con la vida europea.
Surge así, una nueva historia de la civilización occidental. Económicamente, se imponen la industrialización y el capitalismo; socialmente, predomina la burguesía y surge el proletariado; políticamente se consolida el liberalismo político bajo la forma de monarquía constitucional; ideológicamente, prevalecen el racionalismo y el sentido crítico; la industrialización, se difundió por los países europeos y los Estados Unidos; la explosión demográfica, se produce en los países industrializados, resultado de adelantos higiénicos y médicos. El crecimiento de la población benefició a la industria y favoreció la inmigración hacia otros países.
En la revolución agrícola: Inglaterra realizó notables progresos; introdujo la siembra de plantas de origen americano (maíz, papa), estableció las faenas agrícolas, aplicó abonos y fertilizantes. Con esta revolución se permitió garantizar el suministro de los alimentos y mano de obra necesaria para las ciudades, se empezaron a usar las máquinas, la producción de los alimentos fue creciendo, también para así abastecer a la creciente población.
En el desarrollo Comercial: el comercio se intensificó, los países industrializados vendían mercancías y adquirían materias primas, se incrementaron el comercio, las comunicaciones y los transportes.
De forma más general la revolución industrial provocó: que la industria progresara, y que la producción se hiciera en serie. Los precios de los productos bajaron. Se formaron dos clases sociales: Burguesía: Compuesta por los dueños de fábricas y grandes comerciantes y los Proletariados: Compuesta por obreros. Hubo desempleo, porque con las máquinas no eran necesarios tantos trabajadores, a su vez aumentó la delincuencia y algunos obreros culparon a las máquinas de ser la causa de su desempleo y las destruyeron. Esto se llamó "Ludismo" porque el jefe de éste movimiento fue Ned Ludd.
La burguesía explotó a los proletariados. Y para su defensa los proletariados formaron organizaciones llamadas "Trade Unions" (sindicatos, para defender sus derechos). Fueron logrando que la jornada de trabajo diario se fuera reduciendo, que se le pagara un salario adecuado y que se le diera derecho a huelga.
En la economía hubo un gran auge porque surgieron los grandes capitales, las operaciones financieras y los cambios.
Fue un proceso económico continuo y acelerado y, al mismo tiempo, recíproco ya que la innovación en un sector repercutía a los demás. Este cambio colocó a Gran Bretaña a la cabeza de los países industrializados del mundo. Pronto, los resultados se hicieron notar aumentando enormemente la producción, abaratando los costes y permitiendo comercializar más lejos la producción gracias a la revolución de los transportes.
El sector predominante de la economía pasa a ser la industria, centrándose en tejidos, siderurgia y ferrocarriles. La lana queda desplazada por el algodón, hay una renovación técnica agrícola favorecida por las nuevas máquinas y las nuevas fuentes de energía (carbón, hierro) siendo el segundo sector de crecimiento.
Fue gracias a la tecnología, a la introducción de las máquinas a la industria, que se realizó la Revolución Industrial, también influyó el hecho del crecimiento demográfico, disminuyó la mortalidad, la gente se empezó a concentrar en los centros urbanos, y fue así como surgió el urbanismo.
La producción de bienes pasó de ser una artesanía, que se producía familiarmente, a una industria, realizado por más gente, había más producción de bienes y era más económico.
Esto sucedió ya que con la fundación de nuevas ciudades, creció la demanda de los productos elaborados por los artesanos y con esto la organización de talleres.
La subida al poder de la burguesía a través de la revolución económica, social y política que efectuó con una creciente conciencia de su papel y de su fuerza y la formación paralela de la clase trabajadora, la cual, creada por la actividad industrial de la burguesía, alcanzó gradualmente las formas y valores de una clase social al adquirir, a su vez, conciencia de clase. Aunque coparticipes en el crecimiento de la economía, la clase burguesa y la clase trabajadora pronto chocaron por la radical oposición de sus intereses materiales y sus conspiraciones sociales, políticas o culturales.
Los burgueses disfrutaban verdaderos privilegios sociales y materiales en comparación con el resto de la sociedad, particularmente con respecto a la masa campesina.
La situación de las masas de trabajadores fue muy complicada y necesaria. Las diferencias nacionales, las desigualdades de un sector industrial a otro y la pasión surgieron muy pronto, por razones obvias.
La burguesía industrial se convirtió en una clase en todo sentido de la palabra para resistir la presión creciente de la clase trabajadora.

CONCLUSIÓN DE LA PRIMERA REVOLUCIÓN:

La Primera Revolución Industrial tuvo origen a partir de la invención de la primera hiladora hidráulica de Richard Arkwright, el telar mecánico de Edmund Cartwright y la máquina de Vapor de James Watt, estos inventos favorecieron a la instalación de industrias como la textil, siderúrgicas o de productos. (Más producción a menor costo).
Fue un gran avance tecnológico para la época. Estos también trajeron muchas consecuencias ya que la sociedad estaba acostumbrada a trabajar en sus casas con sus telares, y al mecanizar esta herramienta, se vieron obligados a cambiar sus costumbres, porque tuvieron que trasladarse a las fábricas instaladas cerca de la materia prima.
Este sistema de industrias fomento las desigualdades; para que la Burguesía se enriquezca, tuvo que aparecer la clase obrera que fue sometida a brutales condiciones de vida, a causa de las extensas horas de trabajo y la poca remuneración por el mismo.

SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

(1870-1914)

La civilización industrial actual no parte de los avances de la Primera Revolución Industrial, sino de una serie de transformaciones tecnológicas y organizativas que se producen en el último cuarto del siglo XIX. A toda esa etapa la denominamos Segunda Revolución Industrial y en ella aparecen muchos aspectos que siguen siendo cotidianos en nuestro mundo actual: la electricidad, los motores movidos por derivados del petróleo, la concentración de empresas.
También diremos que esta Segunda Revolución Industrial tiene un aspecto más universal que la Primera, se extenderá por toda Europa (sobre todo por Gran Bretaña, Francia y Alemania), Estados Unidos, Japón.
Algunos de los elementos tecnológicos que dieron origen a la revolución fueron la máquina de vapor y el telar mecánico.

miércoles, 9 de mayo de 2012

TERCERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

(1945 - HASTA NUESTROS DIAS)
La llamada tercera revolución industrial, tercera revolución científico-técnica o revolución de la inteligencia (RCT) se origina al acabar la II Guerra Mundial y cobra fuerza a causa de la crisis que experimenta el capitalismo de la época, surgen como líderes estado unidos, Japón y los países europeos.
Dado que la tecnología que se desarrolló en el curso de la Segunda Revolución Industrial, y que era la que se empleaba en la década de los 70s, se fundaba en el empleo del petróleo barato ( y en la industria pesada venida del siglo pasado), un incremento de precios tan grande como el habido en el crudo tenía que generar, como efectivamente generó, una conmoción gigantesca, lo que obligó a las potencias industriales a reorientar toda su tecnología, haciendo que ella tuviera estas tres particularidades distintivas:
1. En primer lugar, la nueva tecnología debería emplear la menor energía posible, así como también un mínimo de mano de obra.
2. En segundo lugar, debería ser una tecnología de muy amplia incidencia en todos los aspectos de la vida individual y colectiva; y
3. En tercer lugar, debería ser una tecnología que, teniendo una elevada productividad, emplee menos materias primas valiosas o tradicionales que sus precedentes.

martes, 8 de mayo de 2012

ELEMENTOS DESTACADOS EN CADA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL


MÁQUINA DE VAPOR
PRIMERA REVOLUCIÓN

FORD-T
SEGUNDA REVOLUCIÓN

MOTOR DE COMBUSTIÓN
SEGUNDA REVOLUCIÓN


CONOCIMIENTOS CIENTÍFICOS
(La Revolución de la Inteligencia)
TERCERA REVOLUCIÓN